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El Ayuntamiento restaura las letras del Auditorio Marbella ante el riesgo de desprendimientos y para poner en valor una seña de identidad de la ciudad

Actualidad municipal Visto 1204 veces obras y servicios operativos

El Ayuntamiento ha acometido la restauración de las letras del Auditorio Marbella, que databan de los años 80 y que, ante su estado de deterioro, presentaban un evidente riesgo de derrumbe. Así lo ha explicado el concejal delegado de Obras, Diego López, quien ha subrayado que con esta actuación “no solo se ha intervenido en la seguridad de la instalación sino que se ha querido poner en valor una seña de identidad del municipio”. “Tras más de tres décadas esta estructura forma parte de la historia y del paisaje de nuestra ciudad”, ha destacado.

Los trabajos han consistido en restaurar, reforzar y consolidar las 17 letras metálicas, realizadas en chapa sobre un soporte estructural y ubicadas sobre terreno propiedad del Ayuntamiento de Marbella, en la Cantera de Nagüeles. “Las estructuras se habían ido deteriorando por las inclemencias meteorológicas y el normal desgaste del tiempo, por lo que se habían producido múltiples roturas, desanclajes y oxidaciones”, ha explicado el edil, quien ha añadido que ya se habían realizado “pequeñas reparaciones puntuales”.

“La situación actual requería de una restauración completa y profunda, con una reparación global e integral de todas las partes, lo que supondrá muchas más garantías en cuanto a su conservación y mantenimiento futuro”, ha señalado López, quien ha detallado que se ha actuado sobre una superficie de 520 metros cuadrados y 80 metros lineales y que el 90% de los trabajos, realizados por la empresa local Compañía Integral de Mantenimiento en Altura S.L.U. y que han contado con una inversión de 47.577 euros, se han acometido manualmente.

Según ha explicado el edil, la intervención arrancó con el montaje de una línea de vida para el anclaje de los operarios en toda la longitud de la zona de trabajo, “algo que en todo momento fue obligatorio por la peligrosidad de las labores”. Asimismo, se realizó un desbroce del terreno en toda la zona de trabajo, con una longitud de unos 80 metros lineales y con un ancho de unos 5,50 metros, y se eliminaron restos de perfiles de remates en mal estado y todos los tensores oxidados y rotos.

“Todo este material se trasladó, una vez reubicado en una zona segura, a un vertedero autorizado”, ha indicado. Posteriormente se colocaron todos los perfiles nuevos para el refuerzo de cada letra y se montaron los nuevos tensores. Por último, se procedió al pintado y tratamiento final con pintura antioxidante, especial para intemperie severa, con acabado en color blanco por la parte delantera y gris por la parte trasera.