La alcaldesa, Ángeles Muñoz, y el viceconsejero de Fomento, Articulación del Territorio y Vivienda, Mario Muñoz-Atanet, han visitado hoy las obras de reforma integral de la carretera de Marbella a Istán (A-7176), que se han iniciado recientemente y que van a resolver los problemas de seguridad vial que sufría gracias a una ampliación de la calzada. La regidora ha señalado que “es un proyecto de gran envergadura que ha sido posible gracias al convenio entre el Ayuntamiento y la Junta de Andalucía para la cofinanciación de los trabajos en un 40 y un 60 por ciento, respectivamente, sobre una inversión de 4,2 millones de euros” y ha resaltado “el compromiso del Gobierno autonómico con la ciudad, que está permitiendo paliar el déficit en materia de equipamientos y la mejora de las infraestructuras”. Asimismo, ha precisado que “es una actuación que va a finalizar este año y el Consistorio asumirá la titularidad una vez ejecutada, porque es una carretera con vocación de travesía que tiene su trazado por numerosas urbanizaciones de la ciudad”.

La primera edil ha explicado que “es una vía con un gran tránsito, más de 2.000 vehículos al día, que tiene un ancho de calzada inferior a los seis metros y que carece de arcenes, por lo que la obra va a permitir adaptarla por fin a su entorno urbano y va a dar respuesta a una demanda histórica, garantizando la convivencia entre vehículos, ciclistas y peatones”, al tiempo que ha destacado que “se va a convertir en una gran avenida, en la que se van a plantar más de 200 palmeras y que contará con un total de 200 luminarias”. Asimismo, ha recordado que “ambas administraciones hemos trabajado en las tres carreteras autonómicas que pasan por la ciudad, ya que en la de Ojén también hay un proyecto encima de la mesa para intentar desbloquear el acceso a la Ciudad de la Justicia y al resto de equipamientos, mientras que la de Ronda ya se ha cedido al Ayuntamiento y estamos trabajando en un proyecto para duplicar su capacidad y urbanizar los servicios”.

El viceconsejero, por su parte, ha agradecido a la alcaldesa “el importante grado de colaboración y compromiso que se ha mantenido desde el inicio del proyecto para resolver los problemas de seguridad que arrastraba una vía que, a partir de ahora, seguirá conservando su carácter de carretera convencional pero estará netamente integrada en el casco urbano de Marbella”. Ha detallado que “era muy necesario actuar, especialmente en un tramo de dos kilómetros muy frecuentado por los ciclistas, que va desde el cruce a la antigua N-340 hasta el de la autovía del Mediterráneo (A-7)”.

La obra va a incorporar arcenes de 1.5 metros de ancho y dotará de acerados en ambos márgenes de 2,5 metros de ancho. De igual forma, se rectificará su perfil longitudinal y se construirán cuatro glorietas para regular la circulación, reducir la velocidad y garantizar la seguridad en los cruces. La remodelación integral también incluye obras de drenaje transversal para la mejora del funcionamiento hidráulico. Además, se incluirán cunetas en los márgenes para evitar la llegada de agua a los acerados; se instalará alumbrado público y energía eléctrica subterránea bajo el acerado, así como una red de riego y jardinería, y se colocará nueva señalización horizontal y vertical, dispositivos de balizamiento y medidas de protección.