El Ayuntamiento tendrá listo este mes la primera fase del Plan Director del Castillo de Marbella en el que se recogerá un diagnóstico del estado actual de la edificación que data del siglo X. En una segunda parte, que comenzará una vez concluida la anterior, se determinarán las principales actuaciones de mejora y conservación del monumento.

El plan director cuenta con un presupuesto superior a los 20.000 euros que corren a cargo de la Delegación Municipal de Cultura y su elaboración ha sido adjudicada a la empresa Yamur Arquitectura y Arqueología SL.

Esta iniciativa definirá el estado en el que se encuentra la alcazaba en su conjunto para delimitar las necesidades que existen en materia patrimonial y de accesibilidad. Con la información recabada se elaborará un programa y un calendario de actuaciones priorizando aquellas más urgentes.

El Ayuntamiento pretende con esta acción poner en valor un monumento de un importante valor artístico y arqueológico que no es muy conocido sobre todo fuera del término municipal, según ha detectado la empresa que elabora los informes. El objetivo final, en este sentido, es restaurar y conservar la alcazaba para el disfrute de los ciudadanos. La importancia de este monumento se puede comparar a la de otros tan conocidos como las alcazabas de Málaga o la de Almería.

Según avanza el diagnóstico, que se presentará a finales de mes, el Castillo de Marbella se conserva bien en su estructura pero necesita una serie de actuaciones para evitar deterioros insalvables en la muralla. En este sentido, en las partes que se utilizó tapial, material que mezcla tierra y cal, se debe restaurar con urgencia para evitar su desgaste total.

Otra de las actuaciones que se plasmará en la segunda fase y que ya se puede avanzar estará relacionada con el campo arqueológico para delimitar más concretamente el origen de la fortificación, datada en el siglo X, pero que algunos estudiosos han asegurado que podría contener restos de la época romana.

El plan director también concretará actuaciones a realizar en los terrenos interiores de la alcazaba, con un gran potencial para acoger proyectos de usos turísticos o culturales. La zona residencial se mantendrá tal y como está.

La edificación, obra del siglo X, se construyó por orden de Abderramán III, después de sofocar la rebelión de Omar Ben Hafsun, al objeto de prevenir nuevos levantamientos y posibles ataques norteafricanos. En su construcción se reutilizaron materiales romanos de algún gran edificio de aquella época. En 1495, la conquista de la ciudad por el ejército de los Reyes Católicos marca el inicio de un periodo de transformaciones en su fisonomía y estructura urbana que va a desembocar en la Marbella de hoy día.