Las persistentes crisis que se habían sucedido durante el siglo XIX prosiguen durante las primeras décadas del siglo XX. En cuanto a la economía, la recesión se aprecia en el desmantelamiento de la infraestructura industrial de la caña de la azúcar (Ingenios) y en el mínimo beneficio económico para la ciudad que suponía la extracción minera en manos de empresas extranjeras. Todo ello en el marco de una sociedad ruralizada en el que buena parte de la propiedad de la tierra se encontraba distribuida en latifundios. El resultado era un modelo social y económico cuyas características recordaba a tiempos pretéritos y que tuvo, entre otras consecuencias, el descenso progresivo de la población hasta mediados de siglo en el que se alcanzó una cifra algo superior a los 10.000 habitantes y, como en toda Andalucía, el papel hegemónico en la vida política de una reducida oligarquía. Sin visos de cambio, los aires progresistas impulsados durante la República chocaron con el estancamiento estructural del modelo económico y las actitudes inmovilistas de una parte de la sociedad, cuyas consecuencias generaron desorden político, movimientos sindicalistas y finalmente, violencia anticlerical y represiones durante la guerra civil.
Pasadas las primeras décadas del régimen franquista, Marbella ve como proyectos demandados históricamente se hacen realidad. La construcción de la presa de la Concepción, del Puerto Pesquero o escuelas públicas venían a superar importantes déficits existentes en la ciudad. Mientras, la iniciativa local y la inestimable aportación de empresarios como Ricardo Soriano y Alfonso de Hohenlohe permitían vislumbrar un futuro prometedor en la emergente carrera de la industria turística. En esos años la ciudad será testigo de la visita de relevantes personalidades del mundo del cine y del arte. Fundamental en este despegue económico será el proyecto de José Banús, convirtiéndose Puerto Banús en la imagen internacional del fenómeno cultural y de masas que suponía el turismo.
Marbella es hoy un enclave turístico mundial de primer orden. La llegada de la democracia, el crecimiento económico y el desarrollo urbanístico la ha convertido en la ciudad de referencia de la Costa del Sol con una población censada que ronda los 150.000 habitantes. Todo ello ha supuesto una profunda transformación de la ciudad cimentando una Marbella moderna, acogedora, emprendedora y culta.