Las personas que hayan sido agredidas o lesionadas por algún animal deben dirigirse a su médico/a que será quien decida las medidas a adoptar.
Si ello es posible, y para evitar intervenciones médicas no necesarias, conviene intentar identificar al animal agresor, y comunicar sus datos al Departamento de Sanidad Animal, acompañados de la correspondiente denuncia o de informe médico.