Este lugar formó parte del gran Parque de la Alameda de la ciudad que cubría casi una cuarta parte de su extensión.
Era un lugar de paseo y encuentros, donde acudían los señores de la ciudad a lucir su poder económico y social con sus engalanadas carrocerías sobre todo en las festividades más señaladas.
Posteriormente en los años 80 se empezó a construir el aparcamiento subterráneo y en los 90 adquirió su diseño y función actual.
Hoy sigue concitando el encuentro de visitantes y ciudadanos.
En su parte central alberga una exposición permanente de estatuas en bronce debidas a la imaginación del genial artista Salvador Dalí.